martes, 30 de octubre de 2007

El Clavel Negro: Un héroe anónimo en el golpe de estado chileno.

Por: Alberto Zúñiga Rodríguez. / betursus@yahoo.com.mx

Ahora que estamos en el mes de revivir lo mortuorio y los recuerdos de quienes se nos han adelantado, hablemos de una obra cinematográfica destacable y que está viva en cartelera: El Clavel Negro (The Black Pimpernel, 2006). Producida por Suecia, México y Dinamarca, esta pieza nos conduce por el terrible golpe de estado que sufrió Chile en 1973, desde la óptica del embajador sueco, Harald Edelstam, fastuosamente interpretado por el versátil actor sueco Michael Nyqvist, quien cuenta con más de 50 títulos en su trayectoria profesional.
Basados en hechos reales, la pareja de directores Ulf Hultberg y Åsa Faringer logran que el espectador peregrine por estados emocionales desesperantes, fatídicos y detestables, derivado de las acciones que la milicia chilena propagó a su población y a hermanos latinoamericanos de latitudes como Uruguay, El Ecuador y Brasil, quienes tuvieron el infortunio de estar en ese país durante esa época desagradable.

(Fotograma de la cinta El Clavel Negro)

El hilo conductor de la historia teje las acciones que el embajador Edelstam emprendió para salvarle la vida a miles de chilenos y uruguayos, y la relación amorosa que lo vincula con una líder revolucionaria, Consuelo Fuentes (encarnada medianamente por una acartonada Kate del Castillo), paradójicamente hija de un importante militar que cobra notoriedad en la piel del excelente Daniel Jiménez Cacho. Aunque confesemos que este último podría ser el esposo de ella y no su padre, sin embargo, la interpretación lo salva sin duda alguna de haber sido suplido por otro intérprete de mayor edad.
En lo que refiere a la manufactura técnica, destaca en gran parte del metraje un tono rojizo de la fotografía, con planos muy cuidados en composición y acordes a las cruentas secuencias que evidencian el asesinato de miles de personas en locaciones como el estadio Nacional y la sede actual de la presidencia chilena, El Palacio de la Moneda. Ambos escenarios con un delicado diseño de arte que se mantiene bastante ad hoc al tiempo en que transcurre la película. La dirección de la cámara, por su parte, mantiene un ritmo alegórico y contrastante en cada secuencia, con algunos movimientos de grúa bellísimos y elementos recurrentes notorios (como el largo traveling que recorre las luces del estadio desde un ángulo contrapicado y casi a ras de suelo) que dotan a El Clavel Negro de una calidad irrefutable. Sin embargo, en términos estructurales de guión, saltan a la vista algunas escenas que gozan de irrealidad y trascendencia, como el falso intento de amorío del embajador con la entonces asistenta personal del presidente Allende. Pareciera que el flirteo entre ellos se incrusta en el relato como una especie de fórceps que le ayuda al espectador a concebir el por qué del título de la cinta.
Por otro lado, hay que admitir que la comparación temática con La Lista de Schlinder (1995), de Steven Spielberg, es casi automática, ya que las dos producciones versan sobre héroes anónimos y contextos horrorosos, donde la brutalidad humana ha hecho de las suyas. Si a esto le sumamos que el protagonista de El Clavel Negro tuvo contacto con estas dos realidades, el paralelo tiene mayor relevancia, ya que el mismísimo Edelstam fue un testigo vivo de la Segunda Guerra Mundial.
Como aspecto histórico, resalta en esta película la indiferencia del resto de embajadores europeos que no tomaron parte activa en el conflicto, mismos que el político sueco criticó en una entrevista que se hace presente cuando corren los créditos finales. Así pues, El Clavel Negro puede verse como un homenaje póstumo a este memorable diplomático que terminó su vida cargando un maletín con medicamentos para venta ambulante, a quien le quitaron de la diplomacia sin reconocimiento alguno, pero quien puso su vida en riesgo (desinteresadamente) a favor de preservar la de los demás. Un clavel por el recuerdo de Edelstam y su obra humanitaria. Post data, quiero pensar que los subtítulos encimados al final de la cinta es un mero error de la copia o de la distribuidora y que en otras copias se pueda apreciar la traducción de los datos que hacen evidentes las atrocidades que hizo Pinochet en su dictadura. Si no es así, qué mala técnica de censura.

Texto publicado el domingo 4 de Noviembre de 2007, en la columna semanal de cine Butaca Sinestésica RKO 281, del suplemento de cultura Letras de Cambio, del periódico Cambio de Michoacán.

martes, 23 de octubre de 2007

El mercado de Coyoacán y la nueva cinta de David Lynch

Por: Alberto Zúñiga Rodríguez / betursus@yahoo.com.mx

El surrealismo de las múltiples historias que se estrujan en un filme de Lynch, deriva en una lectura audiovisual-digestiva a posteri o en la incomprensión total de un director que se entrega sin pretensión alguna al postor que lo aguanta hasta que los créditos se derriten con su impaciencia. El contexto para ver las películas de este gringou-locou, nacido en el estado de Montana en 1946, resulta cada vez más complejo e inalcanzable para simples mortales mexicanos como nosotros, dado su lado parco y anti-comercial evidente en el tratamiento argumental o narrativo que lo caracteriza. En honor a la franqueza y el arribismo a la verdad democrática (¡já!), David Lynch ni te cuenta historias lineales y ni lo verás en cartelera por semanas enteras como al Señor de los Anillos o palomiteras como Los Declaro Marido y Larry. Sin embargo, a manera de presagio Lyncheano, podría existir la remota posibilidad de que encuentres su última película (que ganó en Venecia el año pasado el premio Mejor Película Digital) en un puesto de piratería de un mercado como el de Coyoacán en el Distrito Federal, al mediodía de un domingo de resaca, frente al olor a garnachas, pescado crudo, tostadas de pata, o imágenes de máscaras de luchadores, indigentes, muchedumbre apremiante o podredumbre de basura acumulada en algún rincón; esto último como la crítica que pone sobre la mesa cuando se refiere a la propia factoría de sueños que es Hollywood y que en esta cinta, Inland Empire, al igual que en la emblemática Mulholland Drive (2002), también destripa sin piedad alguna y sin concesiones hipócritas. Por incrédulo que parezca, ahí se puede encontrar el DVD, con subtítulos en español y por una módica cantidad de 30 pesos…

Trailer oficial de Inland Empire

De esta nueva producción se rumoraba, por los labios de su editora y compañera sentimental, Mary Sweeney, que el proyecto había comenzado como un azaroso cúmulo de imágenes que el propio Lynch había decidido grabar (no filmar) con su videocámara personal de formato Mini-Dv. Algunas escenas estaban planeadas, otras se improvisaban sobre la marcha, como el tema mismo de la película, que al parecer requiere de un enorme esfuerzo mental posterior a su vista-proyección para asimilarlo. No obstante, el resultado final versa magistralmente sobre una actriz de la meca del cine que recibe un llamado para trabajar en una cinta que se convertirá en su pesadilla. Con dosis de misterio, nos enteraremos también que esta se internará en profundos recovecos de cualquier estado de conciencia humana y que mezclara su realidad con las múltiples ficciones que Lynch tuerce tras el transcurso de la cinta. Bajo ese “esquema”, la magnífica rubia quasi-menonita Laura Dern (Yo Soy Sam, Lonely Hearts, Jurassic Park III, etc) interpreta a la actriz Nikki Grace, quien a su vez, aparecerá en el filme del filme como Susan Blue. El coprotagonista que la acompañará en esta avalancha de sinsentidos (aparentes) será el galán malencarado Devon Berk, quien dará vida en la otra cinta a Billy Side y que en ambas realidades será su amante. Como en cualquier otra producción de Lynch, los primeros diez minutos serán una mezcla de situaciones inoportunas e ininteligibles, con un diseño de arte sesentero-setentero (en formas, artefactos y colores, como en Blue-Velvet o Last Highway) y con personajes sin una aparente función esquemática para el relato y con semblantes desquiciados, pero cuando los minutos se los devora la incertidumbre, los viajes de flashback a Polonia se repiten y el suspenso nos mantiene despiertos, los sinsentidos adquieren forma y lo inexplicable se tuerce aún más para aventurarnos a los espectadores en un mar de conjeturas y replanteamientos de lo que las imágenes nos dicen y la lógica nos exige.

Laura Dern en un fotograma de la cinta Inland Empire de David Lynch.

En Inland Empire entonces, se encuentran más de tres películas que hay que decodificar y una búsqueda sagaz de significados que hay que ordenar, para finalmente quedarnos con una sensación de no haber entendido nada y haberlo visto todo (aunque se eche de menos en la fotografía la profundidad de campo y los matices en los colores que el negativo sólo nos puede dar). Días después, el universo onírico y misterioso de Lynch se vuelve menos rebelde y más tangible, para dar paso a una sensación de haberse enfrentado a una obra monumental de dimensiones experimentales exquisitas. Aunque también, por otro lado, podría seguir pensando que lo que vio fue una puta mierda.

Pd. En el mercado virtual (http://www.inlandempirecinema.com/) también puede comprar esta peli. Usted decida.

Texto publicado el domingo 28 de Octubre de 2007, en la columna semanal de cine Butaca Sinestésica RKO 281, del suplemento de cultura Letras de Cambio, del periódico Cambio de Michoacán.

martes, 16 de octubre de 2007

Órganos sexuales: XXY

Por: Alberto Zúñiga Rodríguez / betursus@yahoo.com.mx

La textura azul del grano permanece durante más de 80 minutos. A decir por la fotografía, es envidiable, con matices que bailan al compás del montaje y la delicada composición de cada cuadro (un verdadero lienzo fotográfico cadencioso). Ese azul nostálgico, ese azul oscuro y de grises que se entremezclan, el que denota tristeza y por qué no, lleva en su viento dijes de nostalgia y un mar de fondo que resuena en la brisa que escupe…
En el camino que circunda Piriápolis (Uruguay) viene en un coche Álvaro, adolescente, hijo de un cirujano plástico. En la cabaña a la que se dirige, lo espera otra adolescente, Alex (una admirable Inés Efrén). Ellos no se conocen pero sus padres son amigos de hace algunos años, aunque los de ella salieron huyendo de Buenos Aires y no precisamente por algún acto delictivo sino simplemente por la naturaleza de Alex.


Fotograma de la cinta XXY

Al primer encuentro, el flirteo es notorio entre los jóvenes. Alex ve con buenos ojos a Álvaro, quizá se ha enamorado, aunque él es feo y dientudo. Ella, que mira el mundo con unos ojos verdes pálidos de hermosura, es delgada y menor que él, quizá uno o dos años. Pero el padre de él (un perfecto médico engreído), no deja de mirar a Alex con ojos de morboso-científico. El que no soporta la visita de ellos (incluyendo la mamá de Álvaro) es el papá de Alex, que es biólogo y cuida tortugas. ¡Qué papel el del monstruo argentino Ricardo Darín!, el de Nueve Reynas, El hijo de la Novia, Luna de Avellaneda, entre muchas otras maestras de la cinematografía argentina actual.
Las madres de ellos, por su parte, no dejan de preocuparse por la guapa Alex. El misterio que la chica guarda comienza a inquietarnos. Seguro tiene alguna enfermedad, aunque han pasado 20 minutos y aún no lo sabemos. Permanecemos intrigados y el establecimiento de la acción nos conduce al momento en que Alex le pide a Álvaro que se acuesten juntos, que tengan relaciones. En otro recinto de la cabaña, los visitantes convencen a la mamá de Alex para que hable con su esposo. Es de vital importancia que se le intervenga, arguye el galeno.
A pesar del rechazo de Álvaro, la adolescente ha logrado cautivar su atención y lo seduce sin que él se de cuenta. Escenas más tarde, es el propio Álvaro quien corre desnudo por un camino boscoso y con un sentimiento profundo por Alex, pero también con miedo porque el padre de ella los ha sorprendido cuando ella le hacía el amor por la espalda. Cuando ella lo penetraba y él sin saber qué pensar, lo disfrutaba o descubría algo que iba más allá de los auriculares y su música con los que se refugia del mundo.


XXY es la cinta ganadora de la Semana Internacional de la Crítica 2007, ópera prima de una prometedora Lucía Puenzo, que nos acarrea por esta trama que involucra al espectador en una profunda reflexión sobre la difícil situación que atraviesan las personas que nacen con dos genitales, técnicamente conocidas como metahembras.
Sin concesiones en el tratamiento del tema y en su prodigiosa línea narrativa, la cinta entrelaza los inteligentes diálogos de los personajes (probablemente los más precisos, factibles y verosímiles que he visto en los últimos 5 años) con una sutil afrenta a nosotros como espectadores. ¿Qué tiene que hacer una persona XXY? ¿Decidir ser mujer, convertirse en hombre o convertirse en qué? Un discurso fílmico portentoso sobre la identidad sexual y la interminable búsqueda del orden moral, natural y la libertad de elección.
En XXY, la premura de la decisión se ve perturbada por la naturaleza que no se detiene en su crecimiento. El bello púbico, la barba y demás hormonas masculinas que persiguen a Alex naufragan a contra corriente y muy a su pesar de no tomar más medicamentos para impedirlo. En lo que refiere a su desenlace, se espera una decisión por demás maniqueísta, sin embargo, la resolución resulta asombrosa, digna de verse dos o tres veces y claro, descubrir todo lo que no se ha dicho aquí de esta cinta.



El monstruo argentino: Ricardo Darín.


Texto publicado el domingo 21 de Octubre de 2007, en la columna semanal de cine Butaca Sinestésica RKO 281, del suplemento de cultura Letras de Cambio, del periódico Cambio de Michoacán.

No hubo quinto malo. Hoy termina el 5º FICM.

Por: Alberto Zúñiga Rodríguez / betursus@yahoo.com.mx

I. Lo político
Como si se tratara de una película de suspenso, la incertidumbre respecto a la continuidad del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) fue el plano o el elemento recurrente entre los rumores de una parte importante de los asistentes a la quinta edición del festín cinematográfico. ¿Y si no gana el PRD, y si queda el PAN? –exclamaba con asombro una joven que, como muchos otros cinéfilos, pensaba en voz alta sobre el futuro y el evidente cambio de gobierno en el Estado. Sin embargo, la respuesta a estas interrogantes colectivas la dio la propia directora del festival, Daniela Michel, hace algunas semanas en conferencia de prensa. El argumento fue muy contundente: el FICM ha ido paulatinamente solventando gran parte de su economía con apoyo de la iniciativa privada y otros patrocinadores que han permitido que la aportación del gobierno estatal cada vez sea menor, lo cual le genera al festival una menor dependencia.
Como es evidente, el FICM ha trazado una trayectoria muy sólida en muy poco tiempo y con ella ha generado, edición tras edición, una fuerte derrama económica para la ciudad y el sector turístico, con lo cual, hace impensable que los gobiernos entrantes no deseen darle continuidad. Sería un tanto estúpido y políticamente incorrecto clausurarle el apoyo, ¿no lo creen?

II. La organización y los boletos
De una cosa no nos podemos quejar. La organización de este quinto FICM ha sido increíble, ya que tanto proyecciones, como eventos se han cubierto con lujo de detalle, pero muy a su pesar, el talón de Aquiles sigue siendo la venta de boletos. Las filas en taquilla han rebasado cualquier logística posible y el tiempo con antelación para asistir a las funciones también se ha incrementado. Pero esto es un tanto natural y razonable, cada día asisten más personas de la propia Morelia como del resto del país a las salas. Ni modo, aquí es como en el mercado, quien llega más temprano escoge la mejor fruta. Otro aspecto lamentable sigue siendo el difícil acceso a las salas del centro, pero de esto, mejor ni hablemos porque el primer cuadro de la ciudad resulta imposible en cualquier época del año.

III. El glamour y las celebridades
Sinceramente, esta es la parte más nefasta de asistir a un festival de cine que ha crecido en todos los horizontes posibles. Y si no lo creen, pregúntenle a los que asistieron a la gala inaugural que tuvieron que pasar 5 retenes porque el mismísimo Presi se presentó al evento. Al paso que vamos, cruzamos los dedos para que en próximas ediciones no venga un arzobispo o un cardenal, y nos urjan a confesarnos antes de entrar a las salas.
A pesar de esta faceta detestable, resulta muy gratificante escuchar y ver en persona a grandes cineastas como el inglés Stephen Frears y el francés Bernard Tavernier, quienes han dedicado su profesión a las cámaras y no aparecer fortuitamente en ellas.

IV. Lo alternativo del fest
Las proyecciones al aire libre, la sede alterna del teatro emperador de Pátzcuaro, el Cine sin Fronteras, pero sobre todo la recién creada sección Foro de cine indígena, nos brindaron la oportunidad de ver otros enfoques fílmicos alejados de esquemas comerciales y muy comprometidos con el análisis de la realidad, sobre todo, de las voces que tienen el menor poder mediático o adquisitivo económico. Salud por estas secciones a las que no asisten los grupis o fashionistas (ojalá se pusieran de moda para que asistieran).

V. Todavía tiene tiempo. Corra al cine..
Si no alcanzó ninguna de las proyecciones de esta quinta edición del FICM, aún tiene unas horas y podrá apreciar alguna de las múltiples sesiones que comienzan desde las trece horas y cierran alrededor de las 21:45 pm. Ya sea que le toque ver un largo, un documental o los ganadores de las secciones en competencia. Pero si prefiere una recomendación, vea una cinta que nos dejó impactados en esta butaca: 4 meses, 3 semanas y 2 días (4 luni, 3 saptamîni si 2 zile) del director rumano Cristian Mungiu. Disfruten lo que resta del FICM.



Fotograma de la cinta rumana 4 meses, 3 semanas, 2 días de CristianMungiu



Texto publicado el domingo 14 de Octubre de 2007, en la columna semanal de cine Butaca Sinestésica RKO 281, del suplemento de cultura Letras de Cambio, del periódico Cambio de Michoacán.

viernes, 12 de octubre de 2007

Cafeína, cortometraje de Alberto Zúñiga

El cine es un hecho colectivo desde su configuración hasta su recepción y como tal, este cortometraje es un trabajo que fue desarrollado y posible gracias al amor incondicional y labor desinteresada de las siguientes personas. A todos ellos, gracias infinitas.

(Dedicado a la memoria y descanso eterno de mi abuela Petra Pérez y el cinefotógrafo Gastón Hurtado)

Créditos/ Cafeína

Actuación
Roberto... Gustavo López
Personaje en Pantalla de DVD... Gerardo Charretón
Mesera (Julia)... Xóchitl Calderón
Extra... Yesenia Rivera

Crew
Dirección... Alberto Zúñiga
Codirección... Enrique Villegas
Asistente de Dirección... Teresa Sánchez

Ayudante de Dirección... Adrián González
Continuidad... Mónica Maya
Claqueta...Daniel Pérez


Guión... Alberto Zúñiga

Director Fotográfico y cámara... Omar Nava Pita

Producción... Jairo Flores
Alexandra Lykaris

Ayudante de Producción... Juan Flores
Asistentes de Producción... Sahid Zárraga
Liliana Ruede
Auryn Villegas

Video assist... Jorge Díaz

Director de Iluminación... Guillermo Wusterhaus

Asistente de Iluminación... Arturo "El Flama" Pacheco

Dirección de Arte... Francisco Calderón

Asistente de Arte... Armando Carreño


Música Original... Roberto Hurtado

Sonido Directo... Gerardo Charretón


Storyboard... Eduardo Saavedra

Edición... Alberto Zúñiga
Alexandra Lykaris

Post-Producción... Sinestesia

Investigación... Karla Alvarado
Lorena Márquez
Cristina García

Subtítulos y Traducción... Jesse Brasher


Making off... Fidel Martínez
Mónica Rodríguez

Cámara... Prodym

Iluminación... Universidad Latina de América

Agradecimientos Especiales
Martha Ramírez
“Sanborns” Plaza Morelia
César Sepúlveda
Rodrigo Ochoa
Lorena Zaldívar
Forja Exclusiva (por el dolly)
Solaris (por el CASTING)
Familia Zúñiga Rodríguez
Familia Ruede Alcocer

A todos nuestros amigos,
ausentes y a los que
creyeron en este proyecto
¡Gracias!

Todos los personajes y situaciones
de este cortometraje son ficticios
cualquier parecido con la realidad
es mera coincidencia

martes, 2 de octubre de 2007

Algunas conclusiones del 11º Tour de Cine Francés y el FICM nuestro (de cada año).

Por: Alberto Zúñiga Rodríguez / betursus@yahoo.com.mx

I. Comedia al estilo Hollywood.
El 11º tour de cine galo que pasó por la ciudad y terminó anteayer, estuvo dedicado casi en su totalidad al género comedia (salvo una excepción abocada al thriller: No le digas a nadie [Ne le dis a personne] de Stefan Krohmer). De esta forma, el pietaje de la selección se proyectó bajo el umbral de una curiosa mezcla que matiza entre lo romántico-dramático-cómico, bajo el elemento común y bastante recurrente de mostrar finales muy propios al cine industrial norteamericano. Claro, esta alusión hace referencia a desenlaces felices, asquerosamente trillados y arquetipos bastante predecibles. Una muestra más que el fenómeno de la globalización invade cualquier clase de cultura argumental, sea en la propia cuna del cinematógrafo, o no. A pesar de ello, en Seductor de Lujo (Quatre Étoiles) de Christian Vincent, la relación tan ruda e inteligente de los protagonistas viaja por la atmósfera perspicaz de sus diálogos que no rayan en lo estúpido (yankee) sino todo lo contrario, devienen en una comedia romántica muy sagaz; en la cinta De un día para otro (Du jour au lendemain, 2005) de Philippe Le Guay , el singular Francois Berthier, asombrosamente interpretado por Benoît Pooelvorde, demuestra que la felicidad –además de ser un estado y no una finalidad- puede aterrar en dimensiones desconocidas y por qué no, hasta sospechosas o irreverentes. Por otro lado, Juntos, nada más (Ensemble, C´est Tout) de Claude Berri, donde participa la afamada actriz Audrey Tautou (Amèlie Poulin, El Código Da Vinci), sentimos que su esquema dramático nos quedó a deber más historia y menos situaciones tan forzadas al tratar de integrar cuatro vidas inconexas y sin una directriz factible que les uniera. ¿Acaso alguien adopta a una vecina anémica así como así, sin esperar nada a cambio?...
Por muy malas o buenas que hayan sido, ya despedimos a las 7 películas francesas como una antesala de acondicionamiento cinéfilo que le brindaron la bienvenida al evento cinematográfico más esperado de esta capital michoacana y el cual comenzó con pie derecho este viernes pasado: el 5º Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM).








II. Close up: Apoyo a Realizadores Mexicanos y algunas recomendaciones.
Es indiscutible la oferta que este año nos presenta el FICM y la serie de eventos que le rodean ya como una reciente y exquisita tradición. Hay que partirse en distintos cuerpos o francamente dedicarle el 100% del día al festival para ver, al menos, una parte de las 76 producciones que estarán en competencia, de las cuales 45 son cortometrajes mexicanos, 9 michoacanos, 16 documentales y 6 largometrajes; o acudir a conferencias tan seductoras como la de mañana, 8 de Octubre, que impartirá MCO Filmworks sobre el sonido en las películas ("Chin, se me olvidó que mi peli lleva audio") a las 11 de la mañana en el Auditorio Rubén Romero (entrada gratuita). Otro aspecto que resulta bastante digno de reconocer en esta edición, es la recién creada Sección de Largometrajes Mexicanos, un bastión que, sin duda alguna, se convertirá pronto en una importante plataforma para directores mexicanos que deseen mostrar su primera o segunda película. Un punto más para el FICM.
Además de los cortos mexicanos, homenajes y otros eventos, desde butaca recomendamos considerablemente que acudan a las proyecciones de la Semana Internacional de la Crítica del Festival de Cine de Cannes 2007, con producciones premiadas como Meduzot de Etgar Keret y Shira Geffen que ganó la Cámara de Oro o XXY, de la argentina Lucía Puenzo, que obtuvo el Gran Premio de la Semana de la Crítica. Así que, si no desean ver buen cine, es porque no quieren, ya que las mejores películas de este emblemático festival estarán en nuestra ciudad. Hagan un hueco en su agenda y no dejen de consultar la amplia oferta de este año en http://www.moreliafilmfest.com/. Nunca mejor dicho, nos vemos en el cine.


Texto publicado el domingo 7 de Octubre de 2007, en la columna semanal de cine Butaca Sinestésica RKO 281, del suplemento de cultura Letras de Cambio, del periódico Cambio de Michoacán.