viernes, 20 de marzo de 2009

Una reseña muy retro: Revólver.

Por: Alberto Zúñiga Rodríguez / betursus@yahoo.com.mx

Resulta verdaderamente patético por parte de su servidor (si más de alguno cree suficiente el calificativo o se me permite) que el día de hoy reseñe una producción que se estrenó hace 4 años y que a penas en estos días está en la cartelera de nuestra capital michoacana. Pero hay cosas que nos llegan al presente de manera obtusa, sorprendente e incluso insospechada, a pesar de todos los pesares, o del letargo de los distribuidores-exhibidores que por casi dos años presumían en marquesinas los posters promocionales de este Revólver (Revolver, 2005). Es más, la sensación que invade mi imaginación sobre este hecho, es como la que vivieron los cinéfilos de mediados de los 40´s cuando recibían noticias de una batalla que se libraba en algún territorio europeo y hacía más de uno o dos meses que la propia guerra había terminado. En fin, de la manera en que haya sido, hoy podemos hablar de esta auténtica arma cinematográfica que disparó el formidable director británico Guy Ritchie, culpable de acertar otros dos verdaderos cañonazos como Snatch (2000) o la reciente en pantalla RocknRolla (2008), evidentemente también recomendables para sus ojos.

Revólver nos conduce por el insigne universo del género de gánsters y su característico ritmo trepidante de violencia, apuestas, traiciones y el modus operandi de las mafias, con dosis impresionantes de asombro, suspenso y un final ampliamente polémico (aquí, como siempre, usted tendrá la última palabra). Protagonizada por un notable Jason Statham que encarna a un enfermizo apostador llamado Jake Green, el metraje de esta historia nos hace partícipes en 105 minutos de cómo éste tendrá que enfrentarse a un líder mafioso, Dorothy Macha (un bestial Ray Liotta), y su lucha por demostrarse el uno al otro quien detenta el mayor poder y el mejor juego ganador. Como cualquier buena cinta que deambula por estos temas y género, las escenas de brutalidad también compiten entre sí por dejar al espectador con la mayor cara de asombro posible o impavidez por no dar crédito a lo que se vive frente a esa pantalla. Pero es que definitivamente, en Revólver, también juegan un papel crucial la excelente fotografía de Tim Maurice-Jones y la rimbombante música de Nathaniel Mechaly, que en su conjunción con la recurrente y muy elocuente voz en off del protagónico Jake, no lo dejarán impune en sus pensamientos post-proyección (una cualidad de los guiones y la excelente orquestación de elementos del señor Ritchie; conocido en la farándula por ser el ex de la reina del pop, Madonna). Pero déjeme decirle otra cosa de este precioso Revólver que tendrá antes sus ojos y oídos. La lectura secundaria que nos plantea la cinta, es la que se llevará a casa como mensaje, más allá de la “complicada” lucha entre gánsters que uno percibe como temática principal de este thriller. Así que esté atento a los detalles porque las conclusiones que de ahí se deriven pueden invitarnos a un verdadero viaje que trastoque la barrera de la ficción y nos invada a la esfera del análisis personal del yo.
Lo afortunado de esta cinta, es que si se la pierda en cartelera, probablemente podrá conseguirla en un videoclub (¡carajo, como no podrá serlo si ya pasaron 4 años!), o quizá en video bajo demanda en algún sistema de cable, pero por favor, no deje de sentir la adrenalina que dispara en cada escena este Revólver.


Texto publicado el domingo 22 de Marzo de 2009, en la columna quincenal de cine Butaca Sinestésica RKO 281, del suplemento de cultura Letras de Cambio, del periódico Cambio de Michoacán.

viernes, 6 de marzo de 2009

Apuntes y deliberes sobre el Tercer Simposio Internacional de Televisión

Por: Alberto Zúñiga Rodríguez / betursus@yahoo.com.mx

Aguascalientes, México. Notas personales para la posterioridad, mezcladas con impresiones y visiones. Interior del bellísimo Teatro Morelos, día 1 (por la mañana). Espacio lleno de alumnos y profesionales ávidos -o no tanto- de escuchar sobre el futuro de lo que muchas personas definen como la caja estúpida: la televisión. Aclaremos ahora, no cualquier televisión…sino la que se hace desde la trinchera pública, al servicio y pagada por el pueblo, en otras palabras, la que no vive del rating, sino la que provee un servicio de educación, entretenimiento y cultura, es decir, un medio de comunicación público. Imagen mental número 1. El cine jamás podrá negar la paternidad que detenta frente a la televisión, como la fotografía nunca dejaría de hacerlo frente al primero. Aunque este espacio se dedica al análisis del séptimo arte, indiscutiblemente el futuro de la producción, exhibición y distribución fílmica dependerá –como siempre lo ha hecho- de la evolución de la tecnología y hoy más que nunca de la inminente digitalización de la televisión.
Conclusiones recurrentes del primer día: Es imparable la democratización de los medios de comunicación (casos youtube, facebook, y un enorme etcétera), la reciprocidad y retroalimentación entre productor y usuario para cerrar un ciclo de comunicación y no de mero intercambio de información, así como la conjugación y conjunción de diferentes medios a través de internet (factor hipermediático); un medio electrónico que hasta ahora está presente en un porcentaje interesante de hogares mexicanos pero que implica la marginalidad de millones de personas aquí y en el mundo entero y que desde ya, genera una brecha más profunda entre quienes acceden a sus redes y quienes se mantienen enredados en problemas de supervivencia básica: la salud, el hambre, la vivienda y el empleo.
Imagen mental número 2. En unos años ver televisión en internet será algo muy común no sólo en casa, sino en y con cualquier dispositivo móvil (teléfono, cámara de foto, de video, reproductores de audio comprimido [mp3-mp4] y lo que venga) y a la hora en que el usuario lo desee. Ante esto otra pausa reflexiva: ¿Será posible que el celuloide desaparezca? Seguramente quedará en la memoria y en nuestra nostalgia; hoy la prueba más próxima son todos los esfuerzos de los exhibidores por equipar sus salas con proyectores digitales. Eso explica la nueva y siempre bien ponderada fiebre del 3D. Definitivamente la apuesta de Disney y algunas otras empresas de dibujos animados. Ejemplos sobran hoy en cartelera: Bolt (2008), Coraline y la Puerta Secreta (Coraline, 2009). En fin, ante el próximo e “inevitable” escenario lo deseable es que con estos cambios también los mecanismos financieros sean más ecuánimes entre productores –quienes arriesgan su capital y sus historias- y quienes se dedican a exhibir y distribuir. ¿El autoempleo del productor estará tentado por fungir como un exhibidor virtual? Seguramente sí. No deja de sorprendernos que un cortometraje tenga 1 millón de visitas en pocas semanas de su puesta “on-line”; mecanismos antes inimaginables.
Día 2. Mismo reciento, afuera el calor a 32 grados antes de las 14:00 horas. La agenda de la jornada toca temas como la actual crisis, los nulos presupuestos que poseen lo medios públicos, así como la amplia oferta informativa y de entretenimiento que tendrá la digitalización (un canal de televisión, por ejemplo, podrá tener 4 canales independientes entre sí, más uno extra para datos, entre muchas otras virtudes). Pero estas preocupaciones topan en un mismo muro: los contenidos. En efecto, vamos a tener más canales, los medios públicos necesitan más dinero para equipamiento, pero eso si lo miramos con lupa nos daremos cuenta que es lo menos importante. La reflexión final será la misma: ¿Qué nos van a ofrecer y cómo regular lo que hasta ahora nadie puede regular, internet? Imagen mental número 3. No logro olvidar las charlas de pasillo de algunos asistentes expertos. La COFETEL (Comisión Federal de Telecomunicaciones) desaparecerá para cuando la digitalización que tanto les preocupa y regulan, llegue. La razón –según ellos- se sostiene en la tesis de que para entonces la televisión estará en lo que técnicamente se conoce como tecnología I.P. (en términos nada técnicos esto es algo como tener una dirección de internet) y no como la disfrutamos ahora (por cable o antena aerea). El cine invariablemente irá ahí y seguirá nutriendo la televisión, pero la duda que finalmente comparto con ustedes es si algún día dejará de existir el acto colectivo de presenciar una cinta bajo la oscuridad de una sala, junto a un conjunto de personas que comparten una historia en la delicia de la penumbra. Es pregunta y cargada de mucha tristeza.

Información del Simposio:
http://www.tercersimposiointernacionaltv.com/

Texto publicado el domingo 8 de Marzo de 2009, en la columna quincenal de cine Butaca Sinestésica RKO 281, del suplemento de cultura Letras de Cambio, del periódico Cambio de Michoacán.