lunes, 28 de julio de 2008

Lecciones de Mercadotecnia con el maestro bonachón...

Por: Alberto Zúñiga Rodríguez / betursus@yahoo.com.mx

La segunda parte de la endemoniada y reciente cinta del tapatío Guillermo del Toro se revela ante sus fans como un producto estupendamente dirigido y manufacturado, pero carente de sustancia a nivel dramático, con un guión por demás flojo y un metraje que da indicios o la sensación de ser infinito en el minuto 115. A pesar de la incorporación de un gran número de personajes que no logran desarrollarse en su vida exterior (de cuando inicia la proyección hasta que acaba) y una historia que recurre al lugar común como recurso para ganar adeptos, empatía o risas, Hellboy II: El Ejército Dorado (Hellboy II: The Golden Army) se ha posicionado en las salas de cine de todo el mundo como otro blockbuster veraniego a favor de nuestro regordete y exitoso compatriota. Pero esto no debe, ni tiene por qué extrañarnos en lo absoluto. Los directores de cine como Del Toro están en las ligas mayores de la industria fílmica y se dan el lujo de hacer verdaderas obras de arte y personalísimas, como la multipremiada El Laberinto del Fauno (2006), o echar andar toda una maquinaria de mercadotecnia y publicidad a favor de algo tan comercial, realizado por mero divertimento y dinero, como esta segunda parte de Hellboy (que por cierto, se basa en el cómic Dark Horse de Mike Mignola). La pregunta inmediata entonces es: ¿Por qué triunfa en cartelera una película tan mal escrita y bien dirigida? La respuesta es menos complicado de lo que parece porque es cuestión de inteligencia y estrategia. Del Toro y sus cuates, comenzaron a dar avances, o mejor dicho, probaditas de esta secuela desde diciembre del año pasado con fotografías del rodaje y el mismísimo tráiler de la cinta previsto para estrenarse el 20 de diciembre (fecha a la que se le dio gran difusión multimediática como un día quasi apocalíptico). Evidentemente el objetivo era generar expectativa y comenzar la preventa de su éxito por el lado más preciso: los fans. Por otro lado, la invaluable ayuda de gente tan alivianada, desinteresada, altruista y millonaria como Steve Jobs, que le “permite” posicionar ese mismo tráiler en su portal de internet (Apple), hace que Hellboy II genere miles de descargar diarias, así como ventas anticipadas del soundtrack comandado por el, ya leyenda, músico-compositor Danny Elfman (entrañable compadre de chamba de Tim Burton). Claro, con una respectiva lana de por medio para todos. No cabe duda que el barbón los hace y ellos saben cómo hacer dinero, mucho dinero. Por si esto no fuera suficiente, Del Toro recurre a los añejos conocimientos del batallón de los cincuentas o trucos publicitarios de invitar alguna marca destacada para que aparezca a cuadro (product placement o posicionamiento de producto). En este caso, el caprichito fue para una empresa cervecera mexicana, a quien el también director de cintas como Blade II (2002), Mimic (1997) o Cronos (1993), le dedica una borrachera muy prolongada entre dos de sus protagonistas (por lo menos 5 minutos) y que se pudo reducir elípticamente a dos planos secuencia de máximo 20 segundos cada uno y eso ya podría ser una eternidad…
La estocada final para este éxito financiero y para demostrarnos cómo se puede ser un director de culto y comercial a la vez, se consumó cuando nuestro estimadísimo Del Toro anunció que para el 2011 y 2012 estará dirigiendo las respectivas El Hobbit I y II, (del escritor creador de la saga El Señor de los Anillos, J.R.R Tolkien) como otra prueba más de su solidez como director y su madurez en este oficio de hacer películas y venderlas. Sigamos aprendiendo del maestro, pero esperemos también que nos regale otra película tipo el Laberinto… u otro suspenso como El Espinazo del Diablo (2001) porque un hipotético Hellboy III no me arriesgaría a ver.

Texto publicado el domingo 27 de Julio de 2008, en la columna antes semanal (ahora quincenal) de cine Butaca Sinestésica RKO 281, del suplemento de cultura Letras de Cambio, del periódico Cambio de Michoacán.

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