viernes, 6 de marzo de 2009

Apuntes y deliberes sobre el Tercer Simposio Internacional de Televisión

Por: Alberto Zúñiga Rodríguez / betursus@yahoo.com.mx

Aguascalientes, México. Notas personales para la posterioridad, mezcladas con impresiones y visiones. Interior del bellísimo Teatro Morelos, día 1 (por la mañana). Espacio lleno de alumnos y profesionales ávidos -o no tanto- de escuchar sobre el futuro de lo que muchas personas definen como la caja estúpida: la televisión. Aclaremos ahora, no cualquier televisión…sino la que se hace desde la trinchera pública, al servicio y pagada por el pueblo, en otras palabras, la que no vive del rating, sino la que provee un servicio de educación, entretenimiento y cultura, es decir, un medio de comunicación público. Imagen mental número 1. El cine jamás podrá negar la paternidad que detenta frente a la televisión, como la fotografía nunca dejaría de hacerlo frente al primero. Aunque este espacio se dedica al análisis del séptimo arte, indiscutiblemente el futuro de la producción, exhibición y distribución fílmica dependerá –como siempre lo ha hecho- de la evolución de la tecnología y hoy más que nunca de la inminente digitalización de la televisión.
Conclusiones recurrentes del primer día: Es imparable la democratización de los medios de comunicación (casos youtube, facebook, y un enorme etcétera), la reciprocidad y retroalimentación entre productor y usuario para cerrar un ciclo de comunicación y no de mero intercambio de información, así como la conjugación y conjunción de diferentes medios a través de internet (factor hipermediático); un medio electrónico que hasta ahora está presente en un porcentaje interesante de hogares mexicanos pero que implica la marginalidad de millones de personas aquí y en el mundo entero y que desde ya, genera una brecha más profunda entre quienes acceden a sus redes y quienes se mantienen enredados en problemas de supervivencia básica: la salud, el hambre, la vivienda y el empleo.
Imagen mental número 2. En unos años ver televisión en internet será algo muy común no sólo en casa, sino en y con cualquier dispositivo móvil (teléfono, cámara de foto, de video, reproductores de audio comprimido [mp3-mp4] y lo que venga) y a la hora en que el usuario lo desee. Ante esto otra pausa reflexiva: ¿Será posible que el celuloide desaparezca? Seguramente quedará en la memoria y en nuestra nostalgia; hoy la prueba más próxima son todos los esfuerzos de los exhibidores por equipar sus salas con proyectores digitales. Eso explica la nueva y siempre bien ponderada fiebre del 3D. Definitivamente la apuesta de Disney y algunas otras empresas de dibujos animados. Ejemplos sobran hoy en cartelera: Bolt (2008), Coraline y la Puerta Secreta (Coraline, 2009). En fin, ante el próximo e “inevitable” escenario lo deseable es que con estos cambios también los mecanismos financieros sean más ecuánimes entre productores –quienes arriesgan su capital y sus historias- y quienes se dedican a exhibir y distribuir. ¿El autoempleo del productor estará tentado por fungir como un exhibidor virtual? Seguramente sí. No deja de sorprendernos que un cortometraje tenga 1 millón de visitas en pocas semanas de su puesta “on-line”; mecanismos antes inimaginables.
Día 2. Mismo reciento, afuera el calor a 32 grados antes de las 14:00 horas. La agenda de la jornada toca temas como la actual crisis, los nulos presupuestos que poseen lo medios públicos, así como la amplia oferta informativa y de entretenimiento que tendrá la digitalización (un canal de televisión, por ejemplo, podrá tener 4 canales independientes entre sí, más uno extra para datos, entre muchas otras virtudes). Pero estas preocupaciones topan en un mismo muro: los contenidos. En efecto, vamos a tener más canales, los medios públicos necesitan más dinero para equipamiento, pero eso si lo miramos con lupa nos daremos cuenta que es lo menos importante. La reflexión final será la misma: ¿Qué nos van a ofrecer y cómo regular lo que hasta ahora nadie puede regular, internet? Imagen mental número 3. No logro olvidar las charlas de pasillo de algunos asistentes expertos. La COFETEL (Comisión Federal de Telecomunicaciones) desaparecerá para cuando la digitalización que tanto les preocupa y regulan, llegue. La razón –según ellos- se sostiene en la tesis de que para entonces la televisión estará en lo que técnicamente se conoce como tecnología I.P. (en términos nada técnicos esto es algo como tener una dirección de internet) y no como la disfrutamos ahora (por cable o antena aerea). El cine invariablemente irá ahí y seguirá nutriendo la televisión, pero la duda que finalmente comparto con ustedes es si algún día dejará de existir el acto colectivo de presenciar una cinta bajo la oscuridad de una sala, junto a un conjunto de personas que comparten una historia en la delicia de la penumbra. Es pregunta y cargada de mucha tristeza.

Información del Simposio:
http://www.tercersimposiointernacionaltv.com/

Texto publicado el domingo 8 de Marzo de 2009, en la columna quincenal de cine Butaca Sinestésica RKO 281, del suplemento de cultura Letras de Cambio, del periódico Cambio de Michoacán.

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